Gracias a la historia, creatividad, diversidad y trascendencia que ha tenido la gastronomía mexicana, desde el año 2010 ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La cocina tradicional michoacana ha tenido un papel importante en este reconocimiento, puesto que las herencias culturales se han conservado desde la época prehispánica, un ejemplo claro son las preparaciones con charales.

Los charales se producen en nueve entidades del país, en Michoacán se da el 60% de la producción nacional de estos pequeños pescados, los cuales son consumidos de diversas formas ya sean fritos, dorados o asados, acompañados de salsas nacionales y tortillas.

Este producto es rico en calcio, sodio, hierro, yodo, fósforo, potasio, niacina, magnesio y vitaminas A, B, C y E, las cuales son vitales para el desarrollo del sistema nervioso, lo que hace de los charales un platillo delicioso y nutritivo.